Podemos considerar los miedos infantiles como reacciones normales ante estímulos que los niños consideran amenazantes, ya sea porque lo son realmente, ya sea porque los niños los han asociado a situaciones amenazantes.
Son algo normal en el proceso evolutivo de los niños, por lo tanto no supone ninguna patología. De hecho lo patológico podría considerarse la ausencia de miedos (gracias a los miedos se aprende a evitar peligros).
Os muestro una relación de miedos evolutivos considerados normales, así como la edad en la que suelen aparecer y desaparecer. (Extraído de Méndez, F.X (1999): Miedos y temores en la infancia: ayudar a los niñoñs a superarlos. Madrid: Pirámide)
Estos miedos van perdiendo intensidad y desaparecen a medida que el niño va evolucionando y superando etapas. La evolución patológica puede suceder porque:
- Los miedos no desaparecen, alargándose mucho en el tiempo. Se trata de niños inmaduros.
- Se intensifican hasta el punto de interferir de forma significativa en las actividades y obligaciones del niño. Da lugar a fobias específicas.
- Comienzan a asociarse a tantos estímulos que al final acaban provocando un deterioro significativo en el niño. Lo que puede dar lugar a trastornos de ansiedad generalizada.
Beatriz García
No hay comentarios:
Publicar un comentario